Vida

No es fácil sentirte cada día. Lo intento constantemente, al respirar, al andar, al sonreir,al notar tu agua acariciando mi cuerpo mientras me sumergo en el mar; pero pareces rehuir de mi presencia cuando más cerca estoy de ti. Te miro a la cara y te desvaneces para rodearme y formar parte de mi sin darme cuenta. Sé que me acompañas a cada instante, golpeándome con bocanadas de aire fresco mientras camino, o mojándome con diminutas gotas de agua que haces deslizar por toda mi piel. Sin embargo, yo no soy consciente de tu presencia, me parecen acontecimientos naturales sin importancia, como el amanecer o la puesta de sol. La rutina me ha hecho darte la espalda, como una compañía incómoda que desde mi nacimiento me persigue haciéndome inmune a cualquier sorpresa que me puedas dar, por muy sobrenatural que parezca. Ahora te echo de menos e intento recuperar el tiempo perdido, pero cuesta reconciliarme contigo a pesar de que me recibes cada día con tu sol resplandeciente.